domingo, 26 de septiembre de 2010

JOSE IGNACIO VALERO MELO - IN MEMORIAM

ADIOS NACHO

Nacho fue un buen tipo.

Proactivo, emprendedor, elegante, de buenos gustos y por eso cada día buscaba mejorar su estatus, su nivel de vida.

Así pensó siempre y por supuesto por igual lo proyectaba, pero lo más importante, lo vivía.

Es cierto que por ser así, también un buen número de personas no lo entendían, pero él se las arreglaba y finalmente lograba entrar a todos los círculos.

Lo conocí en CARACOL (Cúcuta) adonde un día llegó como ejecutivo de ventas y allí duró muchos años, porque cumplió las metas y se acomodó a la exigencias de los buenos tiempos de la Cadena en Cúcuta.

En esas labores radiales formamos un buen equipo, le ayudé en sinnúmero de ocasiones para crear buenos textos publicitarios, grabarlos en mi voz, producirlos en compañía del “Costeño” Wilches y tener así buenas piezas al aire y desde luego clientes satisfechos.

Buscaba negocios buenos y alguna veces compartía con nosotros esos hechos transformados en ganancias, por eso acuñamos en nuestro lenguaje algunas palabrejas propias de “turcos” como “majito querido”, “jafana jafana”, cuando reitero, surgían buenos negocios y por ende más atención en creatividad y esfuerzos para el producto final.

Vestir bien, comer bien, escuchar buena música, sobre todo jazz como el de Mangione o nueva era al estilo de Jarré y Yanni, por igual marcaron la existencia de este boyaco cucuteñizado pero de fino hablar, respetuoso, buenos modales y con excelentes contactos.

El baloncesto que fue otra de sus pasiones, tenía estatura para hacerlo, también lo ubicó en muchos rectángulos a lo largo y ancho de la ciudad. Jugamos algunas veces, como por ejemplo en las olimpíadas del grupo Bavaria en la sede del Zulia.

Sin embargo y por “joderle la vida” un día lo invitamos con el Costeño a la fritanguería “Donde José” que quedaba por allá en Gratamira y le hicimos comer esas delicias de la comida criolla con mucho picante y buena cerveza.

Allí recordamos entre chiste y chanza que todos en Colombia provenimos o tenemos algo de extracción popular y eso nos hizo mucha gracia, pues Nacho tenía rato evitando sitios así y por fin recordaba otros tiempos y lugares.

Lo que no fue tan gracioso para su organismo fue la reacción adversa de tal comilona y al día siguiente apareció como adolescente con la cara brotada, pero bueno, el detalle fue compartir con sus amigos y dejar algo para el anecdotario.

El tiempo siguió su rauda marcha, más trabajo, más ventas, más cuñas, más transmisiones, más reuniones, más fiestas, en fin.

Un día se sintió triste y abatido por el carrito nuevo, un Fiat Uno de color rojo y nuevecito, que le robaron en san Cayetano, pero superó la pérdida y siguió adelante.

Años después supe que había dejado la concha caracolera por circunstancias que no vale la pena comentar y tiempo después nos encontramos en alguna calle cucuteña.

Me habló de sus deseos inmensos por seguir en los medios de la ciudad donde ya era bien conocido como vendedor y asesor publicitario, pues ya los hechos acaecidos y por los cuales había marchado, también estaban superados, eso me contó.

Hasta ese momento tenía la imagen de un triunfador.

Otro día me llamó y me comentó que estaba trabajando en el Kanal, le dí algunos consejos, si así pueden llamarse, por mi experiencia en el medio de la televisión y los aceptó con entusiasmo.

En otra ocasión volvimos a hablar y me entregó un par de negocios que yo podía desarrollar mejor que él.

Así era, buen amigo, compañero, leal en todo sentido y solidario cuando podía.

Inclusive tocamos el tema en repetidas ocasiones que viniese a trabajar en mi pequeña Productora de Medios, la cosa le sonaba y este fatal fin de semana estaba agendado hablar del tema, interrumpido abruptamente con el mensaje de Andrés Darío que decía, “Nachito nos ha dejado”

Verificamos la noticia, hicimos par de llamadas y si, Nacho ya no estaba en el mundo de los vivos.

Se quiso ir a destiempo y no por los canales tradicionales.

No renovó el contrato de su existencia y prefirió largarse sin avisarnos para nunca más volver.

Esa fue su decisión, buena o mala, nadie lo sabe, lo único cierto es que ya no lo volveremos a ver o escuchar, salvo en las fotografías o uno que otro testimonio por ahí grabado.

Pero lo recordaremos Nacho, durante su vida fueron más las cosas buenas que negativas, caminamos muchos senderos, logramos buenos triunfos, sufrimos algunas derrotas, pero ante todo hicimos cosas que para la radio cucuteña también marcaron época y usted fue parte de ese equipo ganador de Caracol Radio.

Nacho, seguiremos compartiendo muchas plegarias por la paz de su alma, así su partida al reino de los cielos haya sido inusitada y absurda.

Estamos seguros que Dios todopoderoso lo aprisiona en su seno, pues ha entendido las cosas, mientras nosotros tratamos de hacerlo acá en la tierra, pidiéndole al gran Jefe que lo guarde en su gloria y lo perdone si con eso calmamos algunos sentimientos.

De todos modos siempre estará en las buenas páginas de una historia que escribimos en esa gran familia caracolera, de la cual comparto algunas gráficas y lo recordaremos, repito, como esa persona de grandes sueños, nobles aspiraciones, incontables hechos y y pedimos al gran Jefe que lo guarde en su gloria, para recordar repito a la persona, al buen tipo que conocimos, al sobrio, al elegante, al José Ignacio de refinado estilo y de gustos no tan populares.

Hasta siempre Nacho.

martes, 3 de agosto de 2010

CARLOS PÉREZ ÁNGEL - Icono de la radio colombiana


Por : CIRO ALFONSO CANO MORA
Julio de 2010


“Eso está del putas”, fue otra de las frases preferidas de CARLOS PEREZ ANGEL.

Con ella reconocía o calificaba alguno de los tantos aciertos que a diario se cometían en las emisoras de Caracol en Cúcuta, claro que internamente, nunca al aire, pues hay que reconocerlo, Pérez fue pulcro, elegante y sobrio al hablar o abordar algún tema cuando estaba frente a los micrófonos.

Por eso hoy quiero recordar en esta crónica algunas de esas cosas que hicieron expresara con mucho tino la frase en mención.

RADIO RELOJ SE ESPECIALIZA EN MUSICA ROMANTICA, sucedió a mediados de 1979 cuando tomé las funciones de Programador en la emisora luego del retiro de Chucho “Gramalote”, quien realizaba dichas labores.

En aquel entonces la estación musicalmente se programaba con boleros, tropical tipo Billos, Pastor López o Melódicos, una que otra balada y de pronto se colaba algún pop de los que por esos años copaban la atención de nosotros los jóvenes.

Se puede decir que el estilo aplicado fue el cross over, eso combinado con los diferentes servicios sociales gratuitos, misceláneas, compra-venta y laborales, despertador en la madrugada, el servicio noticioso en la hora y los 30 minutos, los avances según ocurrieran hechos de interés con Braulio “Borolas” y la hora cada tres minutos aproximadamente.

Ese sello marcó para siempre la emisora, que hoy francamente no sé dónde diablos está y tanto que la queríamos.

Entusiasmado con mi cargo adicional de Programador, lo cual desde luego generaba más responsabilidad y presencia en el medio local, una tarde en gerencia propuse dejar solo una línea musical, romántica de baladas

Me agrada, dijo Carlos Pérez, pero comience ya.

Puse manos a la obra, organice la discoteca, cambié algunas promociones y separadores y en menos de una semana el cuento estaba andando.

Eran los buenos tiempos, entre tantos otros, de Julio Iglesias, Camilo Sesto, Juan Gabriel, Roberto Carlos, José Luis Rodríguez, Los Terrícolas, José Luis Perales y también de Joan Manuel Serrat, uno de sus artistas preferidos de ese género y sobre todo de canciones como La Mujer que yo quiero, Vagabundear, Que va ser de ti, Mediterráneo y Tío Alberto.

Con tan buen material, abundante en verdad, ya fuera en long play o 45 RPM, organice una programación muy buena, pues ese estilo radial siempre me acompañó y fascinó durante la época de estudiante de secundaria oyendo estaciones de la capital como La Voz de Bogotá, La Voz de Colombia y Radio Tequendama en menor proporción.

Tomé de todo un poco para determinar una línea que hizo de la emisora, la gran preferida, para toda una gran audiencia de la región fronteriza durante muchos años.

De aquel entonces recuerdo que una noche cumplía mi turno habitual de locutor - control cuando de pronto CPA llegó con su caminar acelerado a la oficina, al rato salió y golpeando el cristal de la cabina me llamó, pensé por un momento en la recriminación, de ahí la excusa momentánea diciendo que el disco se iba a terminar, a lo cual dijo no importa, déjelo correr y venga ya.

Tímidamente entré a su oficina, pero luego tomé confianza al verlo ojear con entusiasmo un legajo de papeles, de esos de computadora con rayitas verdes y blancas y repitiendo la frase en cuestión, eso está del putas, esto está del putas.

No sabía de que se trataba pero deduje por supuesto que algo bueno contenía ese libraco anillado.

Y en efecto así fue y la razón de tanto alborozo tenía el nombre de encuesta y apellido de Publidatos, empresa que se dedicaba a la medición de audiencia por aquellos años.

Corría por entonces el mes de noviembre de ese año, el 80

Don Carlos señalando una hoja me dijo mire, eso está del putas, que rating tan alto, es la primera vez que sucede de esa manera y por fortuna compartió esa buena noticia conmigo pues tenía mucho que ver el cambio de programación que habíamos inyectado.

Ahí poco a poco me fui enterando de ese otro proceso, la medición de audiencia, del cual no tenía ni la menor idea y con el paso de los años ajustamos estrategias para mantener ese lugar de privilegio por mucho tiempo, aún con el advenimiento de las FM Estéreo que con su sonido y programación, años después, comenzaron a capturar la atención de los oyentes.

POR FIN UN VALLENATO EN RADIO RELOJ

Ya les dije que CPA poco gustaba de los vallenatos y en aquellos tiempos esa música iniciaba un ascenso en serio y constante en el gusto de la gente y por supuesto en la programación de las emisoras.

La perentoria orden siempre se mantuvo y no sonó por lado alguno Alfredo Gutiérrez, El Binomio, Los Zuleta o inclusive los tocados con guitarra al estilo de Alberto Fernández, bueno al menos en Radio Reloj, su emisora, sobre la cual tenía total control ya que era codueño.

Pero un buen día el sonido del arrugado acordeón pero con fondo orquestal, sonó, asombró y quedó para la historia.

Resulta que Los Melódicos de Renato Capriles, orquesta muy querida en la ciudad, llevó desde Cúcuta para engrosar su buen frente de ataque de intérpretes a un crédito local, Ciro Rodríguez, quien hacía una carrera interesante con agrupaciones musicales de la región.

La ronqueta voz del tocayo se acomodaba a la perfección para interpretar pasodobles, pero también vallenatos como Mi Cafetal, un tema original y con buenos arreglos para la agrupación de Capriles.

El tema pronto se convirtió en éxito indiscutible y como para estar a tono por la dimensión del mismo pero también por ser su cantante de la tierrita, hablando en reunión con el gran jefe, accedió a rotarlo en algunas ocasiones.

Al escucharlo para evaluar la petición, también dijo, eso suena bien, está del putas.

Solo fue un tiempo prudencial hasta que el gusto por el mismo se diluyó en las notas de tantos otros temas que oportunamente traían en sus grandes maletines los promotores musicales de la época.

Luego la programación no sufrió mayores traumatismos, 24 horas de baladas, nuevas y viejas, con un paréntesis para los Dominicales del Recuerdo programa estelar para Los Arbizu, Ortiz Tirado, Albuerne, Toña La Negra, Los Panchos, Gardel, Julio Sosa y centenares de grandes excelentes cantantes del ayer.

El cuento de su aversión a los vallenatos surgió, según nos contó en alguna ocasión, durante una visita en comisión de la Cadena a las emisoras de Valledupar.

Allí en la capital del mundial del vallenato lo recibieron con vallenatos, lo llevaron al hotel donde le tenían más vallenato, el almuerzo, la cena, el desayuno, la media mañana, las onces, el tinto, el cigarrito, todo fue acompañado con vallenato, los guarilaques con vallenato, ir al baño con vallenato, dormir con vallenato y despedirse luego de una semana a punta de vallenato.

Tenía razón, un cachaco no resiste tanta dosis de esa música, salvo los de la provincia de Ocaña, que se creen más costeños que del interior.

Por eso se mamó de esa música y prometió que mientras pudiera en su emisora no iba a sonar jamás un tema de esos.

Así fue, hasta que los tiempos cambiaron programaciones, costumbres, propietarios y Carlos Vives con su Gota fría mundializó esa musiquita del consabido lamento “Ay hombe”.

NO TE DESESPERES PEREZ

Por eso mismos tiempos cuando Radio Reloj transmitía música variada llegó un LP de un grupo mexicano, LOS SOCIOS DEL RITMO.

Entre los temas recomendados estaba uno llamado EL CARRETON que en su estribillo decía …”no no no te desesperes Pérez”, en un comienzo nos resistimos a programarlo, pensábamos que por tener su apellido de pronto se molestaría, pero luego una tarde durante una reunión de las que hacía con el grupo de trabajo tocamos el tema.

Lo escuchó y le fascinó, y también dijo que estaba del putas, pues los arreglos pegajosos y una letra sencilla pero diferente motivaron la petición y luego su hospedaje en los listados de programación que se elaboraban en la atestada discoteca en una vieja Olivetti.

Como todo, pasó de moda y otros temas musicales, nueva programación, coparon las 24 de la emisora de todas las horas.

REUNIONES Y BONIFICACIONES

Ya señalé que en muchas ocasiones nos reuníamos en su oficina, con todo el grupo incluyendo el que madrugaba, para evaluar todo lo concerniente al proceso que se cumplía en Radio Reloj.

Fueron reuniones productivas y concretas en el caso de tomar decisiones para aplicar en la misma.

Como las famosas lluvias de ideas, había propuestas o descartes, buscando el mejoramiento constante, mucho antes que llegara a estas tierras la reingeniería, la calidad total y la era del servicio al cliente.

Todo eso lo hicimos durante su mandato y bien, funcionó a la perfección y por eso la emisora fue líder en sintonía, ventas, popularidad y pertenencia en toda la ciudad.

Sin embargo el cuento jamás obnubiló pensamientos y sentimientos, siempre trabajamos con sencillez pero con gran calidad, que era lo que inculcaba CPA, utilizando para señalar una buena idea o un acierto, eso está o eso es el putas.

No fueron pocas las ocasiones en que Toñita (Gladys Molina) la secretaria o Alix, nos sorprendieron llamando al personal de Reloj a su oficina para entregarnos un chequecito adicional al de la quincena.

Eran bonificaciones por haber logrado un trabajo óptimo o conseguido llevar a cabo con éxito alguna misión, además porque así se lograba equilibrar las prebendas que tenían los trabajadores de La Voz de Cúcuta, en su mayoría sindicalizados, que ganaban algunos emolumentos extras obtenidos en las convenciones colectivas de trabajo.

LAS CARTELERAS MAMAGALLISTAS

Un buen día en el cristal que daba al balcón de la cabina de La Voz de Cúcuta aparecieron algunos recortes de caricaturas del periódico, pero con los diálogos cambiados, ya sea refiriéndose a algún trabajador de la empresa en la ciudad, a alguna situación o por una simple queja.

Al comienzo el cuento se pasó casi que en secreto, sus autores esperaban comentarios positivos al respecto, pero por igual había expectativa.

Las gráficas las dejaban uno o dos días y poco a poco nos acostumbramos a ir hasta ese lugar para ver, reír y comentar cada gracejo.

Con el tiempo fueron apareciendo más temas y posibles autores materiales y por fin CPA con don Alfonso Barrientos los conocieron, los aplaudieron y dieron su venia para seguir haciéndolos, no sin antes dejar constancia que eso estaba bueno con la consabida frase, del putas.

Ya con ese indulto sus primeros autores materiales, Jorge Villamizar Niño control de la emisora y Alonso Fernández el creativo y buen locutor siguieron en la tarea de describir con un poco de humor muchas situaciones de las que ocurrían internamente en aquel entonces.

El desfile hasta el balcón se hizo costumbre durante muchos meses para disfrutar de la improvisada cartelera a la cual muchos nos sumamos con las respectivas colaboraciones.

Un buen día CPA dijo que era mejor tener una cartelera bien hecha y para todos, la mandó a hacer e instalar, fue usada para tales propósitos, pero todo fue perdiendo su encanto ya que entre otros casos algunos no entendieron el objetivo y comenzaron a llenarla de elementos no universales ni de integración y si más bien personales.

La misma terminó para otros temas más empresariales, pero como muchas otras cosas que allí se hicieron, eso como lo dijo Pérez, también fue del putas.


NUEVOS PROGRAMAS Y CONCURSOS

A medida que los años fueron transcurriendo y con ellas los nuevos retos en la radio también comenzaron a llegar otras ideas y estrategias, que bien planificadas y puestas en funcionamiento con excelentes resultados, desde luego, dejaron escapar la frase, que bueno, eso está del putas…

Uno de esos programas se llamó RADIO RELOJ HACE LAS TAREAS CONTIGO. Nombre aunque kilométrico fue bien claro para el objetivo a lograr.

Resulta que como yo trabajaba en el magisterio colombiano y eso le gustó mucho desde un comienzo al jefe por lo que me dio la oportunidad de hacer las dos cosas, tanto en la radio como la docencia, un día hablando de diferentes temas me propuso hacer un programa en el cual le ayudáramos a hacer las tareas a los estudiantes cucuteños.

La idea no tenía nada de descabellado, ya que entre tantos otros servicios que los oyentes solicitaban a la emisora, estaba ese, el de preguntas para resolver cuestiones que en escuelas y colegios imponía como tareas, ya fuera el nombre de ministros, capitales, nombres de aeropuertos, ríos, límites; héroes, escritores y un largo etcétera a lo cual en algunos momentos colaborábamos.

Como por fortuna tuve esa formación para maestro las cosas se me facilitaron enormemente.

Un viejo estante de la cafetería sirvió de biblioteca, una raída enciclopedia existente allí tomó nuevo valor hacia el conocimiento y algunos otros textos de primaria y bachillerato, sobre todo de las áreas sociales, naturales y literatura que adquirimos, fueron la base esencial para contestar las inquietudes estudiantiles.

Matemáticas, química, física y otras áreas afines, obviamente no las tuvimos en cuenta por lo complicado para explicar con palabras operaciones, ecuaciones, logaritmos, factorización o fórmulas.

Luego iniciamos la estrategia de mercadeo con una buena dosis de promociones y volantes que entregamos a los estudiantes a la salida de los colegios, entregamos algo así como cien mil y en los cuales explicábamos en lenguaje sencillo de que se trataba y el número telefónico de contacto.

Las llamadas con las preguntas se recibían desde la mañana, luego en horas de la tarde escogía las apropiadas y en el horario de 6 a 7 PM iba contestando los diferentes ítems propuestos.

Era algo así como “yo sé quién sabe lo que usted no sabe” que años más tarde popularizó Alfonso Castellanos en la televisión colombiana.

La parte académica se combinaba con buena música pop, fuera en inglés o español, lo cual llamaba aún más la atención de los chicos y chicas que en gran número se pegaban de lunes a viernes al programa.

El programa fue todo un éxito, sin duda del putas desde todo punto de vista, pero no resistió más de dos temporadas ya que estaba dirigido a estudiantes de primaria y los primeros años de secundaria, pero estos fueron desplazados por estudiantes más vagos de los últimos años de bachillerato e inclusive universidades.

Los temas se podían manejar pero ya quitaban más tiempo, exigían más investigación y la empresa no iba a contratar más recurso humano para realizarlo y por eso tocó terminarlo.

Cabe destacar que por hacerlo me pagaban muy buenos honorarios extras. Imagínense ganaba como locutor, ganaba como programador, ganaba como maestro y ganaba como conductor del programa. Vaya, que buenos tiempos.

Luego vendrían otros programas que marcaron historia en la radio cucuteña, cuando propuse y fue aprobado el de las 100 del año, dedicado a transmitir las cien mejores baladas del año el último domingo de diciembre.

Un programa de largo aliento pero inmensa sintonía, con muchos obsequios y datos especiales.

Primero se transmitió por Radio Reloj, posteriormente en Caracol Estéreo, cuando esa banda comenzó a ser más amable y popular, pero siempre enlazadas las dos emisoras.

Con el paso de los años y el buen recibo del espacio, complemento del arduo trabajo hecho durante todo el año en el TOP 40 CARACOL, uno de los programas con más sintonía durante los 80’s y 90’s, se cambió de días para su ejecución y las fechas escogidas fueron 25 de diciembre y 1º de enero.

Días apropiados pues gran parte de la familia estaba en casa descansando de la rumba decembrina, pero de gran sacrificio para nosotros (Fernando Wilches y yo) que desde muy temprano íbamos a los estudios para dar los toques finales al asunto y comenzar en punto del mediodía.

El programa terminaba entre 9 y 10 de la noche con la número uno del año, para la cual había votación así como infinidad de muy buenos obsequios.

Esos días también probamos con una antesala buenísima en las emisoras, con música para el desenguayabe, ya fuera rancheritas, boleros y otros ritmos apropiados, eso también gustó y CPA también dijo, eso estuvo del putas.

Como también lo fueron esos grandes especiales en la víspera del día de la madre, del amor y la amistad o de los niños y desde luego navidad, donde surgieron una serie de dinámicas, siempre diferentes cada año, para que todos participaran y ganaran.

Por ejemplo las cartas y poemas de amor la madre o la pareja, la carta de amor más larga, la tarjeta más pequeña, las tarjetas para el niños Dios, los pesebres ecológicos más creativos y hasta uno que hicimos con globos navideños en septiembre.

Para esa fiesta de amor y amistad propuse lanzar unos globos navideños con una placa de metal, la cual incluía una leyenda sobre determinado premio. Eso le fascinó al gran jefe PB, por supuesto que dijo está del putas y lo llevamos a cabo con espectaculares resultados.

Se compraron los globos, el nos enseñó cómo era la cosa para llenarlos de humo y que se elevaran y las plaquitas las hizo en su taller de ABC Fotocolor y el mismo en el transmovil ese sábado por la mañana se dedicó a lanzar en distintos puntos de la ciudad los globos, incluyendo información que solicitaba a la torre de control del aeropuerto local para saber dirección de vientos, temperatura, presión atmosférica, en fin, era un gomoso de esos temas.

Algunos volaron lejos, otros se quemaron como el pan en la puerta del horno, pero lo importante eran los oyentes que ese día no se despegaron de sus radios, algunos persiguiendo los premios y los demás disfrutando la transmisión.

Las plaquitas como se hicieron de metal no se quemaban como el resto del globo, si acaso se ahumaban, pero no más. Algunas cayeron a kilómetros desde donde se lanzaron. La mayoría de personas que las consiguió reclamó los premios ese mismo día, otros lo hicieron en el transcurso de la siguiente semana.

Para el siguiente año propuse hacer algo parecido pero con pequeños paracaídas lanzados desde una avioneta o helicóptero y eso si que le encantó, con más eso es del putas.

Lamentablemente no lo llevamos a cabo, pero de haberlo realizado con seguridad el éxito hubiese sido abrumador.

Muchas de estas dinámicas las copiaron otras emisoras, en buena parte en la competencia de cadena, donde parece la creatividad siempre fue tomar lo bueno y tratar de sacar provecho al máximo.

Pero jamás nos detuvimos y como les conté en otra oportunidad, el ser creativos y proactivos, ensamblaba muy bien en las estrategias del jefe, de ahí los buenos resultados en la mayoría de metas propuestas en esa hermosa época de la radio cucuteña.

DE ENCUESTAS Y OTROS DEMONIOS

Al comienzo narré mi primera experiencia con las encuestas radiales, tema que desde entonces también entró a las alforjas de mi conocimiento, ya que en los siguientes años estas se acentuaron y de una se pasó a dos cada año.

La cosa se comenzó a medir por resultados y muchos clientes para su inversión buscaban los mismos para saber que su platica no iba a estar en el lugar equivocado.

Ya en la década de los 80’s también la competencia creció y la segmentación de oyentes comenzó a tener lógica.

RCN se organizaba aún mejor, el GRC luego Colmundo también marcaba y una que otra independiente era digna de tenerla en cuenta.

Por eso al saber con anticipación las posibles fechas de la encuesta, se planificaban en su oficina excelentes tácticas para consolidar los primeros puestos pues no bastaba tener apropiada programación.

Una de ellas que desde un inicio me encantó fue la del Inspector Caracol, la cual además la realicé personalmente.

Se hizo la promoción, por las tres emisoras, Básica, Reloj y Estéreo, en la cual se indicaba que una persona llegaría de sorpresa hasta su hogar y preguntaría ¿cual emisora está oyendo? y si respondía con el nombre de alguna caracolera y luego de la revisión de la misma, pues el oyente debía demostrar con radio encendido que era cierto, se ganaba un jugoso premio en efectivo que se entregaba ahí mismo.

Todo eso se grababa y luego se hacía la edición para transmitir los testimonios al aire, buscando ese efecto, que la gente al que llegara le dijera que escuchaba Caracol y de pronto ganar unos buenos pesos.

Quienes respondían negativamente, pues no ganaban y el valor del premio se acumulaba, hasta que alguien dijera lo que buscábamos.

Esta dinámica la hicimos durante varias encuestas con el acompañamiento del Caracol Habano (Renault 4) de Armando Bueno Cantor y dio resultados muy favorables.

Luego se organizaron los departamentos comerciales en las seccionales de la empresa, era obvio que el tema debía ser más técnico y allí se comenzaron a maquinar las nuevas opciones con el advenimiento de cada nueva encuesta, pero en grupo seguimos haciendo un aporte de importancia en producción y realización de todo lo proyectado.

Cifuentes, Mauricio, Lasprilla y Patricia, estuvieron al frente de sus grupos de ventas y mercadeo, algunos ejecutivos llegaron por pocas semanas, otros hicieron largas carreras, pero al fin y al cabo, también hicieron y hacen aportes significativos a esa bella historia de la familia Caracol en Cúcuta.

En la actualidad muchos empresarios de la radio siguen haciendo cosas así, pero no tan geniales como en aquellos tiempos, cuando en verdad como decía CPA, todo eso era del putas.

Otras frases que también acuñó nuestro gran maestro en la radio, fueron que es esa huevonada, para pedir explicaciones sobre algo o no sea tan huevón, para regañar a algún funcionario por x o y motivo.

Como ya lo señalé, esto no era para decirlo en público o al aire, porque ese perfil lo respetaba en todo sentido, digamos que era su sentido paternal con su grupo de gente, que siempre lo admiró y respetó.

El HOLA JOVEN, también fue habitual en su lenguaje para saludar a sus trabajadores o amigos, no importaba si fueran realmente mozalbetes o ya candidatos a explorar su edad con carbono 14.

Por eso todo esto que hoy tengo la oportunidad de escribir lo entenderán muy fácil todos los que de una u otra manera han vivido, poco o mucho, junto al gasterópodo de la radio colombiana, donde CARLOS PEREZ ANGEL forjó enormes éxitos y con su experiencia y don de gentes formó decenas de profesionales que han hecho exitosas carreras o siguen dando lata, no solo en la marca del molusco, sino en otras estaciones del país y el exterior.

Prueba de ello Alfredo Castro, Benjamín Cuello, Kike Rivera, en deportes, infinidad de periodistas como Rolón, Capacho, Petit, locutores como Fonseca, Gramalote, Manuel J Rúan, Efraín Camargo, asesores comerciales en radio y hasta técnicos en materia radial como Víctor Quiñonez y Hugo Taborda, para solo nombrar algunos, que con toda seguridad y no porque se haya ido a la cadena radial de los cielos, han dicho, dijeron o seguirán diciendo, que definitivamente CPA, era un verraco, así los intimidara en su momento con su potente voz y mirándolos por encima de los lentes con ojos saltones.

martes, 20 de julio de 2010

CARLOS PÉREZ ÁNGEL - Grande en la radio colombiana

En memoria de mi gran maestro

“QUE HUBO CHINO” De izquierda a drecha, Carlos Pérez Angel, Patricia Castaño, Alfonso Lasprilla, de pies Kike Rivera, Ricardo Cáceres, Johana Hernández, Ciro Alfonso Cano Mora e Ignacio Valero Melo., (Foto archivo particular)

El domingo 18 de julio DE 2010 estando con los míos, disfrutando en familia como es habitual, en algún momento sonó el celular, contesté porque identifiqué el número, un buen amigo llamaba, nos saludamos, su voz denotaba pesar y sin más preámbulos me soltó la noticia así tal cual, murió Carlos Pérez.

Pensé por breves instantes que era broma, pero no, reflexioné de inmediato y me di cuenta de la triste realidad, pues era verdad, sabía que su salud no andaba bien, sobre el tema giraba la conversación cuando me encontraba con algún amigo y compañero de esa gran época de CARACOL RADIO en Cúcuta, cuando él, CARLOS PEREZ ANGEL, era el gran jefe PLUMABLANCA, pues así le decíamos en voz baja casi todos los que trabajamos en La Voz de Cúcuta, Radio Reloj y más adelante Caracol Estéreo.

La conversación fue breve y así como me contaron hice lo propio con otros amigos y compañeros a quienes les comuniqué la triste noticia, lo mismo que con un familiar muy cercano a los afectos de él y no me da pena contarlo, alguna lágrima sincera rodó por mi mejilla, al recordar todo lo que compartimos, aprendimos y luego pusimos en práctica en esas hermosas y maravillosas lides de la radiodifusión.

CARLOS PEREZ con su figura imponente, potente y hermosa voz, inteligencia, carisma, estilo, carácter fuerte, su don de gentes ya que nunca olvidó sus orígenes y talento para todo lo que hacía, marcó una época de enormes dimensiones en la Radio Colombiana, así fue y eso hay que reconocerlo y contarlo a las nuevas generaciones.

Como locutor y presentador de los grandes espectáculos de la radio en vivo por allá a mediados del siglo XX en emisoras Nuevo Mundo, como lector del popular e influyente noticiero, Reporter ESSO, fue abriendo un camino pleno de éxitos que luego lo llevaron a la ciudad de Barranquilla como gerente de Caracol en esa ciudad, de donde por fortuna partió un día hasta la frontera con Venezuela, para hacer igualmente de la empresa radial algo respetable y de gran prestigio, como Gerente y por supuesto periodista.

Eran los tiempos de La Voz de Cúcuta y Radio Reloj.

Y es allí donde comienza mi historia en la radio cuando escuchaba el noticiero del mediodía con Alonso Fernández y el famoso y acreditado COMENTARIO DE CARLOS PEREZ al final del mismo, con el cual destapó decenas de problemas en lo público particularmente o llevó a la cumbre reales positivos.

Yo era un adolescente, estudiante de secundaria, pero ya con ganas de tener oportunidad en la radio.

Y les cuento, cuando escuchaba su bien timbrada y sonora voz, además del comentario, en un comercial de Aguardiente Extra y en el de Sutextil antes de la Cabalgata Deportiva imaginaba un señor bajito, algo gordo y medio calvo.

Ya en Cúcuta, como maestro bisoño de primaria con apenas 17 años pero con licencia de locutor del Ministerio de Comunicaciones en el bolsillo, encontré la oportunidad esperada por intermedio de Alonso y me citaron a las 2 de la tarde un día de septiembre de 1978, hacia las 5.30 me hicieron pasar a su oficina, dije buenas tardes tratando de sacar mi mejor voz y el, que estaba de espaldas me contestó, Que hubo chino, en que puedo servirle…

Bueno, tengo que decirlo, me impresionó, pues era diametralmente opuesto a lo que yo imaginaba, en lo físico claro, pues su voz, reitero, generaba respeto, así no más.

Y es que por eso titulo este recordatorio así, que hubo chino, era su saludo paternal para todos los trabajadores en esas emisoras, Alfonso Barrientos(QEPD), Alix Pérez, Gladys Molina, Elcida Suárez, Arbeniz Petit, Alonso Fernández, Armando Bueno Cantor, Jorge E. Suárez (QEPD), Garizabal Fuentes (QEPD), Alfredo y Luis Castro (QEPD), Laurentino Capacho, Jorge VIllamizar (QEPD), Chucho “Gramalote”, Kike Rivera, Regulo Valero, Orlando Robles, Jorge e. Rico, Gabriel Tarazona, Víctor Quiñonez, Alberto Maldonado, Ismael Contreras (QEPD, Germán González, Braulio Contreras o sus mejores ejecutivos de ventas, Alfredo Muñoz y Evar Martin Cativiela (QEPD).

Desde aquel entonces y para siempre compaginamos muy bien, me contrató de inmediato y comenzó una nueva etapa en mi vida, primero como locutor – control, luego de programador, más tarde jefe de programación y posteriormente Jefe o Director de emisora.

Con él aprendí los más caros secretos del buen radiodifusor, me corrigió cuando fue necesario y alabó mis actitudes y aptitudes en el momento oportuno, a pesar que en ese sentido a muy pocos congratulaba y yo por igual, aunque era mi mentor, jamás le sobé chaqueta como dicen vulgarmente.

Es más, quien volaba del nido, se iba para siempre, a nadie le rogaba, pero a mi si, cuando un día volví a la ciudad de mis amores empeñado en emprender una nueva carrera en la competencia (RCN) en una nueva emisora FM, ni lo aceptó ni se resignó y me mandó a buscar.

Finalmente opté por aceptar su oferta y me quedé en mi casa, Caracol, como el mismo lo dijo, por supuesto con excelentes prerrogativas.

Pero bueno allí tenía mis hermanos, mis primos, mis tíos y mi papá de la radio. Aunque también una abuela desalmada.

Con Carlos Pérez las cosas se hacía bien o no se hacían, muchos temían sus fuertes llamados de atención, que apoyados en su enérgica voz intimidaban a lo sumo, pero eso generaba respeto y de por si los procesos marchaban por el camino correcto, de ahí el éxito de la cadena en aquel entonces, que se reflejaba de forma espectacular en las famosas encuestas radiales de Publidatos.

Era muy creativo y le encantaba la gente que también proponía ideas, por eso me acomodé a su estilo y avancé mucho en el medio, pues aunque era un poco autocrático, me fue soltando la soga hasta ofrecer, organizar, producir infinidad de programas, transmisiones o productos publicitarios para la destacada empresa radial.

Aquellos tiempos marcaban un giro inesperado para todo el medio en el país ya que con el formato 6 AM – 9 AM, la llegada de las emisoras a la banda FM, la especialización de emisoras musicales y las grandes transmisiones, nuestra radio se ponía a tono con las exigencias del mercado y lograba un posicionamiento de incontenibles resultados positivos.

Le encantaban los boleros y los tangos como buen manizaleño y con su gentil dirección aprendí mucho de esa música sobre todo para programar un espacio que también marcó época como lo fue DOMINICALES DEL RECUERDO RADIO RELOJ.

María Luisa Landín era su preferida y también le encantaban el trío La Rosa, Fernando Albuerne, Hugo Romani, Alfonso Ortíz Tirado y Tito Schipa, entre otros grandes de aquellos tiempos fabulosos de la música romántica, en cambio los vallenatos poco le agradaban, lo cual les contaré en otra crónica.

Sus otros hobbies fueron la fotografía, la aviación y las motos en su época joven, según me contó hace algunos años, cuando ya retirado en sus cuarteles de invierno solíamos armar tertulia sobre distintos temas.

En la aviación se licenció como piloto de avioneta y tuvo la propia, igual que su partner en la radio, negocios y otras aficiones, Alfonso Barrientos Castro, con la cual surcaba los cielos de esta ciudad o se iba buscando distantes puntos en la geografía colombiana, especialmente en los llanos con la posibilidad de mil rústicas pistas, pero en los años tranquilos sin narcos o guerrillos en aquellas tierras.

Le encantaba contarnos historias de esas aventuras.

Sin embargo timón, altímetro, radar, alerones, vientos cruzados, torres de control y pistas, un buen día y luego de un accidente en las estribaciones del Nevado del Ruíz, del cual por fortuna salió bien librado, quedaron en el baúl de los buenos recuerdos.

En cuanto a la fotografía siempre estuvo a la vanguardia de cámaras, procesos de revelado y todo el rollo que esos rollos implicaban.

En las oficinas de Caracol de la calle diez, en una pequeña recámara de su oficina gerencial montó su pequeño laboratorio de revelado. Allí pasaba horas y horas, en las noches o fines de semana, jugando con esas placas que luego exhibía sonriente ya impresas en el papel, pero en blanco y negro.

Su objetivo, por el cual trabajaba con tanto ahínco era el color y por fin una noche lo logró. Yo estaba en turno en la emisora Radio Reloj y como a eso de las 11 de la noche salió corriendo y gritando desde su oficina con un papel en la mano, se trataba de una fotografía a color.

Fuí el único testigo de ese emocionante momento. El control de La Voz de Cúcuta ya había terminado turno y la emisora estaba “pegada” a la cadena.

Luego con el correr de los meses llegó el tema de su otra gran empresa, ABC Fotocolor, con la que por fin logramos revelar nuestras fotos a color en la ciudad, primero en una semana, luego en un día y finalmente en cuestión de minutos.
Otra aficción que siempre tuvo fué la lectura, devoraba cuanto libro o artículo le aportara algo más a su intelecto y extenso perfil cultural. Sabía, pero bien, de todo un poco y superaba con creces incluso a profesionales siendo autodidacta en diferentes actividades.
Por eso hablar con Carlos Pérez Angel era una delicia, podía abordar cualquier tema sin problema ya fuera político, económico, tecnológico o de simple actualidad.
Durante una época siendo socios del Círculo de Lectores, cada quien adquiría no menos de diez libros cada trimestre ya fuera novelas, ensayos, clásicos y tantos otros. Los leíamos y los intercambiábamos no sin antes tertuliar sobre uno u otro título.

Pero volvamos a la radio a esa cadena Caracol que por siempre irá en el centro de nuestro corazón.

Siempre en equipo bajo su orientación logramos enormes triunfos en la distintas ocasiones en que se hacía presencia con la marca y con la señal al aire, Feria de Chinácota, Elecciones, Novena de Navidad, Semana Santa, día de la Madre, Padre, Amor y Amistad, Halloween, en fin, especiales radiales que marcaron una gran diferencia y que muchos aún recuerdan sobre todo ahora que las estaciones poco o nada ofrecen sobre estas opciones.

Esa fue la tarea, innovar para estar más cerca de todos como La Gran Compañía que éramos.

En el nivel musical ya destaqué Dominicales del Recuerdo, también estaba el Hit Parade que luego convertimos en TOP 40 CARACOL, siendo en su momento el espacio de mayor impacto en toda la región.

Pero un día se nos fue, en la capital necesitaban de sus buenos oficios, ideas, voz de mando y conocimiento a fondo del negocio radial, tanto en lo operativo como de producción.

La Dirección de operaciones a nivel nacional, una vice presidencia e infinidad de compromisos, lo alejaron de la ciudad que tanto quería, Cúcuta.

Entre esos encargos de muy alto perfil cito tres, la compra del Caracol del aire (Helicóptero), la organización de la cadena en Panamá y la compra de una red de emisoras en Chile.

Visitarlo y hablar un rato con él en su oficina de la fría Bogotá, se convertía en un rato siempre delicioso acompañados con un buen tinto, que por nada le podía faltar, así como durante muchos años un aromático Parliament.

Allí entre tanto rolo y ejecutivo de alto pelambre jamás olvidó su paternal saludo, QUE HUBO CHINO…

Luego otro día, también se alejó de las cabinas, los transmisores, antenas, repetidoras, micrófonos y satélites.

Su misión en la radio concluía una etapa, pero seguiría asesorando, capacitando, compartiendo experiencia y conocimiento, en cierta forma parecido a mi caso particular desde cuando terminé o terminaron conmigo la relación contractual en la primera cadena radial colombiana, lo cual nos abrió otros caminos y puertas, pero siempre ligados a los medios de comunicación.

Don Carlos regresó muchas veces a Cúcuta y siempre buscábamos el momento para al menos saludarnos y hasta deleitarnos con un buen amarillito siempre trayendo a colación decenas de anécdotas y pasajes de tantas décadas inmersos en cuerpo y alma en ese mundo de ondas hertzianas.

Hoy ya no está con nosotros, lástima en verdad, pero así son los designios de Dios.

Quedé o mejor quedamos en deuda, pues quise realizar una serie de reportajes para mi programa de televisión lo cual lamentablemente pospusimos en varias oportunidades ya que la idea era hacerlos en Bogotá.

De todos modos quedan infinidad de anécdotas, vivencias, historias que al menos los que trabajamos bajo su orientación las conocemos y porque no trasladarlas a un libro, que se yo, como también decía Don Carlos en sus comentarios, pues fue un grande de la radio colombiana, con gran aporte a la nortesantandereana y cucuteña en particular, donde decenas de profesionales hoy lo recordamos reconociendo lo inmenso que para el medio fue.

Paz a sus restos y que el Creador hoy lo tenga al frente de la FM CELESTIAL ESTEREO.
ATENCION: Hay una cantidad de nombres de compañeros y amigos de Caracol que no figuran en esta nota, ya que los señalados solo corresponden a mi primera época en esa gran empresa, en la cual laboré durante veinte años. Seguramente en otras crónicas habrá también espacio para todos ellos.